”DE PURA JORA” pretende ser un blog- revista en la que todos podamos escribir, dar a conocer nuestras experiencias, opiniones, sentimientos, quejas, aciertos.Para que los de arriba conozcan lo que siente y piensa el pueblo de adentro y desde adentro. Porque será una revista del pueblo y para el pueblo.
ESCUELA, CULTURA Y MORAL
Por: Prof. Enrique Mejias Espinoza
La escuela debe enseñar una nueva fundamentación moral como solución a los problemas sociales, es decir, a lo que se valora es al hombre que responde a características individuales y a situaciones histórico culturales.
La escuela como órgano social, para adecuarse a las nuevas exigencias de nuestra sociedad, debe asumir el reto colaborando con la familia y la comunidad.
La moral tiene mucho que ver con las normas de conducta que todos los individuos llevan en su interior por el hecho de pertenecer a una determinada cultura y en última instancia, por el hecho de ser seres humanos.
La cultura es el conjunto de formas de vida materiales e intelectuales de una sociedad.
Existen formas de vida que obstaculizan el desarrollo de una sociedad; por lo tanto, la moral de los individuos no es la adecuada, por lo que la fundamentación moral como solución a los problemas sociales no funciona. Hay que crear cultura. Los pueblos deben tener nuevas formas de vida materiales e intelectuales. Asumir una nueva fundamentación moral para solucionar los problemas de nuestra sociedad. Las normas morales se originan en la familia y en la sociedad. La escuela colabora con la familia y la comunidad.
La cultura debe crearse o mejorarse no entrar en un estado rutinario y quedarse en el pasado; pero, debe conservar su originalidad para desarrollar la humanización.
La humanización concebida como crecimiento interior del individuo, es el punto donde se cruzan libertad y responsabilidad, punto que debe ser fortalecido por la escuela. La libertad es conocer el pasado, sus regularidades, lo bueno y lo malo, la verdad para proyectarnos al futuro: “Sólo la verdad nos hace libres”.
El hombre libre entiende el orden, se apoya en él y genera el desorden para regresar a otro orden superior, que también cuestionará no sólo en una sucesión de pasos; sino en una sucesión de pasos en que la responsabilidad es una obligación indispensable o imprescindible para el hacer. El acto pasa y es trascendente si modifica, desarrolla, proyecta la espiritualidad del sujeto en su permanente ascenso hacia la perfección.
